viernes, 10 de octubre de 2014

Conserje en ascenso

Faltaban 15 minutos para que diera inicio la ceremonia en la cual se anunciaría el ascenso de Feliciano. El Gerente General había citado a todo el personal para ser testigos de la promoción de uno de los colaboradores más antiguos de la empresa.

Ese día Feliciano despertó unas horas antes de lo normal para ejecutar una sesión extraordinaria de aseo personal y disimular su imagen. Se puso una camisa a rayas que usaba en ocasiones especiales y se ajustó el cuello con una insípida corbata de satín negro.

Había esperado años por ese día en que la empresa reconociera su fidelidad y desempeño. Estaba ansioso por saber cuáles serían sus nuevas funciones e integrarse a su nuevo equipo de trabajo. Su columna y su paciencia ya estaban hartas de tantos años de conserjería en el primer piso de aquel enorme edificio de cristales azules en el centro de la capital.

Las notas del himno nacional dieron inicio al acto, la sala estaba forrada de exóticos tulipanes y coloridos afiches de responsabilidad social. El Gerente General invitó a Feliciano a pasar al frente para recibir el anuncio de su ascenso mientras hacía una notable remembranza de sus 12 años de servicio.

El abrazo posterior fue prolongado y afectuoso, los ojos de Feliciano se humedecieron de emoción. El Gerente General propuso un brindis colectivo y revelando una amplia y amarillenta sonrisa le hizo entrega de una escoba nueva mientras su dedo índice apuntaba hacia el elevador que lo subiría hasta el séptimo piso, el cual tendría que limpiar a partir de ese momento.

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