martes, 10 de julio de 2012

Peregrinación al 'Centenario', la Meca del Futbol


Camisetas usadas por Pelé y Vavá en Suecia 1958
Agosto 2010, 8:00 AM, Terminal Tres Cruces, Montevideo. Bajo del ómnibus procedente de Punta del Este con mi fiel acompañante –mi mochila negra que resguarda mis pertenencias personales-. Los 5 grados centígrados del momento me obligan a entrar rápidamente a la terminal. Busco algo de comer, consigo un mapa de la ciudad en una oficina de turismo y una edecán rubia vestida con los colores del Peñarol –el equipo de futbol más antiguo del continente y el más popular de Uruguay- me regala un brochure con información del equipo y me ofrece un tour para verlo jugar el siguiente Domingo en el Centenario. 

El estadio Centenario fue construido especialmente para la primer Copa Mundial de Fútbol en 1930. Una verdadera Meca declarado por la FIFA como Monumento Histórico del Futbol Mundial, siendo la única construcción de esta índole en todo el mundo. Más allá de recorrer los colores y sabores de la ciudad mi meta es visitar el Centenario, recorrer su museo y ver con mis propios ojos el escenario donde se jugó esa primer final de una Copa Mundial hace 80 años ganando Uruguay 4-2 a Argentina.

Después de encontrar hospedaje y dejar mi mochila en la cama salgo a recorrer la ciudad. Montevideo está pintado de celeste igual que el cielo, días atrás Uruguay había conseguido el cuarto lugar en la Copa Mundial de Sudáfrica y Diego Forlan había sido elegido el mejor jugador de la Copa. Y precisamente  ‘Cachavacha’  -como llaman a Forlan en Sudamerica- está en todas partes… periódicos, revistas, vallas publicitarias, paredes, camisetas, carros, etc. También hay muchos Luganos y Suarez en las calles, pero sobretodo mucha alegría en la gente, no hay otro tema de conversación que no sea la actuación de ‘La Celeste’ en el mundial. El país está de fiesta.     

Balon de la final de la primera Copa Mundial Uruguay 1930
Termino el día con los pies cansados acompañado de un par de ‘Patricias’ –cerveza local- en un bar de Ciudad Vieja. La mañana siguiente despierto temprano y después de varias vueltas en bus llego al estadio. Luce impotente pero no oculta las heridas del tiempo. Entro al museo y me recibe un señor de unos 75 años quien se encarga de darme la inducción al museo y al estadio. El señor es una enciclopedia de futbol, es toda una experiencia escucharlo, se emociona al hablar y hace especial énfasis en la calidad del futbol de su país a pesar de solo contar con 3 millones de habitantes.

En el museo están las 2 Copas Mundiales y varios trofeos de Copa America ganados por Uruguay entre muchas otras cosas. También sobresalen la camiseta verdeamarela usada por Pelé en el Mundial Suecia 1958 y el balón de cuero cocido a mano con que se disputó la primer final de una Copa Mundial. Desde las gradas me imagino el estadio en esa gran final de 1930, los uniformes, el balón, el público, los goles, la pasión. ¡Cuánta historia futbolística en un solo lugar! Adentro en sus entrañas me transportó en el tiempo. Afuera la ciudad continua teñida de celeste desde las calles hasta el cielo. No hay duda que Uruguay es sinónimo de futbol. No hay duda que cumplí mi objetivo.  

Vista panoramica del Estadio Centenario


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