jueves, 11 de noviembre de 2010

Confrontación de dos pueblos hermanos

El más reciente episodio del diferendo limítrofe con Costa Rica es la noticia estelar de los medios de comunicación locales y el tema de conversación de moda en los centros de trabajo, estudio y hogares a lo largo y ancho de Nicaragua. Acusaciones de ambos gobiernos sobre violaciones a la soberanía nacional, presencia de fuerzas armadas de ambos países en la frontera, opiniones parcializadas de personalidades públicas y políticas y ahora también grupos virtuales creados en las redes sociales más concurridas que incitan al odio y la xenofobia entre países hermanos.

No es nuevo que el río San Juan le pertenece en su totalidad a Nicaragua y que Costa Rica ha reclamado históricamente derechos sobre el río. Así que tarde o temprano el dialogo binacional con la participación de la OEA como observador, tendrá que ratificar lo que ya todos sabemos: El río San Juan es 100% nicaragüense, lo cual nos da derecho a dragarlo con el fin de aumentar su profundidad y facilitar su navegación.

Sin embargo no debemos olvidar que ante todo somos dos países hermanos que nos necesitamos mutuamente para desarrollar nuestras economías e incrementar nuestra competitividad. Tanto Costa Rica necesita la mano de obra de los 500,000 nicaragüenses que residen en ese país, como Nicaragua necesita las remesas que estos trabajadores envían a sus familiares en nuestro país. Más aún, ambos países se necesitan y necesitan al resto de países de la región para seguir adelante con la estrategia de venderse al mundo como un solo mercado y de esta forma ser más atractivos y competitivos.

Creo que el principal problema de este nuevo episodio es que ambos gobiernos están manipulando el concepto de soberanía nacional, lo cual ha despertado un sentimiento de patriotismo fanatizado entre los ciudadanos. Esto trae como consecuencia un enorme daño moral a las sociedades de ambos países, crea un sentimiento de confrontación, de odio, de xenofobia. Si bien no es nuevo que existe un marcado repudio entre ambos pueblos, un mal manejo del actual diferendo por parte de los gobiernos sirve para alimentar este repudio e incitar a la violencia (física o verbal) de los más fanáticos.

Las redes sociales se están llenando de mensajes de odio entre ciudadanos ticos y nicas, mensajes que denigran la integridad de las personas. Ambos gobiernos deben considerar el daño moral que se está causando a la sociedad, un daño altamente riesgoso tomando en cuenta la ola de confrontación desatada y la gran cantidad de nicaragüenses que viven en el vecino país. Una actitud confrontativa por parte de los gobiernos daña los valores de sus pueblos, sobre todo cuando existe una historia de disputa.

Ambos gobiernos deben agotar todos los métodos de dialogo, deben optar por posturas conciliadoras y pacíficas, deben evitar usar el tema de la soberanía para manipular a sus pueblos y confrontarlos innecesariamente en una batalla de odio y xenofobia. Más importante que cualquier diferendo limítrofe o de cualquier índole, es la integridad de nuestros ciudadanos sin importar si son nicas o ticos. Al final de cuentas, somos dos pueblos hermanos, viviendo unos al sur y otros al norte del río San Juan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario