viernes, 7 de febrero de 2014

Retrato hablado de una noche

Aun te recuerdo esa noche.
Vestida de cabellos radiantes y sonrisa perfecta.
Inquieta de manos. Invadida de ausencia.
De mirada compleja. De silueta muy recta.
De textura frágil y espalda olorosa.
Tus respuestas breves, tus preguntas largas.
Aferrada a los miedos de tu pasado,
y a los errores de tu futuro.
Decorada con medallas de decencia.
Con la confianza fracturada
y los besos suturados.
Dispuesta a tocar el fuego con las manos,
a respirar el aire de mi pecho.
Dispuesta a cohabitar las paredes
invertebradas de mis brazos.
Divagando en los laberintos de
tus emociones encontradas y
tus deseos reprimidos.
Apresurando mis ganas con los
pliegues de tu cuerpo.
Y de pronto, tu naturaleza inaudita,
censurando tus intenciones
(y las mías) con sutil determinación.
Tan real, que dejaste de existir
en ese mismo instante.

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